Hoy finaliza el Enap2018 con unos resultados sorpredentes. Dos días intensivos de talleres y ponencias.
Hoy termina #Enap2015, y quizá sea algo precipitado escribir este artículo ahora, cuando todavía quedan 5 horas de conferencias, talleres y conversaciones alrededor del café… pero no me resisto a poner encima de la mesa algunos de los aprendizajes de estos dos últimos e intensos días de reflexión acerca del papel de la diversidad en el proceso de enseñanza/aprendizaje.
Día 1: Respeto, escucha y un poco de neurociencia. Fue todo un acierto comenzar el congreso con el profesor Fernández Bravo, que cautivó a todo el auditorio con un discurso apoyado por una presentación lleno de diapositivas en blanco e historias que nos recordaron nuestra obligación como maestros y profesores de escuchar a nuestros alumnos, sus necesidades, inquietudes y motivaciones. Sólo desde ahí se puede construir una relación de respeto en la que ambos (docente y discente) tengan algo que aportar al proceso de enseñanza/aprendizaje. Lo dicho, todo un acierto.
En la segunda ponencia, Roberto Aguador nos habló de las distintas emociones que vivimos y, sobre todo cuáles son las más relevantes para el aprendizaje. Apoyándose en investigaciones recientes sobre cómo funciona nuestro cerebro, nos ayudó a comprender cómo las emociones influyen de forma decisiva en el proceso de aprendizaje, y a saber identificarlas.
Día 2: Necesitamos transformar nuestra manera de afrontar la diversidad. La segunda jornada fue de lo más intensa: Empezamos hablando del compromiso ético desde el que construir la diversidad en nuestros centros de la mano de Francesc Torralba, y continuamos resaltando la importancia de la autoestima (en alumnos y docentes) para poder afrontar el reto de la enseñanza de tú a tú, con Antonio Galindo. La intervención de César Bona, explicando su experiencia como docente fue el broche a una mañana donde, sin duda, los docentes fueron los protagonistas. A la tarde comenzaron los talleres, en los que participamos con Competencia Digital Docente y Diversidad. Una hora y media fascinante en la que, además de debatir acerca del papel de la tecnología en las aulas, y ver cómo puede potenciar muchos de los elementos metodológicos que estamos viendo, pudimos diseñar instrumentos que nos ayudarán a evaluar el papel de los elementos digitales en nuestro día a día.
Pasaron muchas cosas más, pero sólo vamos a destacar la lección de vida y superación que nos ofreció Kike a través del corto “Camino a Vaduz“… No dejéis de verlo. Un par de copas de vino después, acompañados de algo de Jazz y muy buena conversación nos fuimos a la cama, después de cenar, con el convencimiento de que hoy, domingo, va a ser un gran día. Caos, improvisación, experiencias didácticas,… ¡Os esperamos!